El agua, la luna, las piedras…todos los inmutables elementos
propios del desorden fueron maltratados sin que hubiera tiempo para estudiar
las razones de tanta sinrazón. La extensión y profundidad del desastre removió las
vísceras del orden geológico y todo lo existente quedó reducido a restos
aislados de materia aciaga y ceniza sin luz. Desquiciados los hombres, las
significaciones del mañana dejaron de existir.
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