sábado, 25 de octubre de 2014

MAL DIAGNÓSTICO


Se conocía demasiado como para amarse y, para más inri, en su cerebro se generaban con excesiva naturalidad vacíos en el que navegaban pensamientos vagos e indecisos. Mal diagnóstico. Afortunadamente, en los instantes de mayor quietud del crepúsculo tenía hermosas visiones. Y eso le reconfortaba.

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