El razonamiento lógico que predominaba en su cabeza constaba de
una primera premisa (la perfección, para ser tal, debe ser inmutable), de una
segunda premisa (nada vivo es inmutable), y de una conclusión (nada vivo es
perfecto). Pero eso fue antes de conocerlo.
Duro, frío, proveniente de regiones más allá del lado oculto de la luna…parecía
perfecto, y sin embargo estaba vivo. ¿O no?
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