miércoles, 15 de octubre de 2014

TONTERIAS


Presa de melancolías y extravagancias varias, las tonterías ejercían sobre él un atractivo extraño, ajeno por completo al más mínimo decoro y pundonor. Cualquier estupidez, la más leve de las boberías, producían en él una sensación real de gozo. La majadería mayúscula llegaba a obnubilarle. Era consciente de su necedad pero, aun así, no podía evitar amar. ¿Hasta que punto le está permitido amar a un necio? Al igual que Tántalo, uno de los hijos de Zeus, intentaba amar, y lo hacía con dulzura, pero los frutos más deseables del amor se retiraban inmediatamente de su alcance. Tal era su maldición.

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