lunes, 6 de octubre de 2014

MIGAS SOBRE EL MANTEL


Como si de un Sísifo amnésico se tratara, parecía condenado a sufrir noche tras noche, un día tras otro, el mismo olvido y el mismo sueño que invariablemente conducía al mismo olvido, sin que entre uno y otro mediara más interludio que una especie de vacío silencioso y narcótico. Conviene señalar que, contrario a lo pudiera parecer, el hecho de estar condenado cada noche a soñar el mismo olvido no le impedía desayunarse sus buenas rebanadas de angustia mojadas en café negro, mientras observaba con renovado deleite y admiración el desorden de las migas sobre el mantel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario